Desde la más temprana asociación con el Hijo Creador, el Espíritu del Universo posee todos los atributos físicos y de control del Espíritu Infinito, incluyendo la dotación plena de la antigravedad. Con el logro del estado personal el Espíritu Universal ejerce un control tan total y completo sobre la gravedad de la mente, en el universo local, tal como lo haría el Espíritu Infinito si estuviese presente.
En cada universo local la Ministra Divina actúa de acuerdo con las características naturales e inherentes del Espíritu Infinito, tal como están integradas en uno de los Siete Espíritus Rectores del Paraíso. Aunque existe una uniformidad básica de carácter en todos los Espíritus Universales, hay también una diversidad de función, determinada por su origen a través de uno de los Siete Espíritus Rectores. Esta diferencia de origen explica las diversas técnicas en la función de los Espíritus Maternos de los universos locales en diferentes superuniversos. Pero en todos los atributos espirituales esenciales estos Espíritus son idénticos, igualmente espirituales y completamente divinos, sea cual fuere la diferenciación superuniversal.
El Espíritu Creativo es corresponsable con el Hijo Creador en la producción de las criaturas de los mundos, y el Hijo jamás falla en todos los esfuerzos para mantener y conservar estas creaciones. La vida se ministra y mantiene a través de la agencia del Espíritu Creativo. “Envías tu Espíritu, y son creadas. Y renuevas la faz de la tierra”.
En la creación de un universo de criaturas inteligentes el Espíritu Materno Creativo actúa primero en la esfera de la perfección universal, colaborando con el Hijo en la producción de la Brillante Estrella Matutina. Posteriormente la progenie del Espíritu se aproxima cada vez más a la orden de los seres creados en los planetas así como los Hijos van descendiendo desde los Melquisedek hasta los Hijos Materiales, quienes realmente se ponen en contacto con los mortales de los reinos. En la evolución posterior de las criaturas mortales los Hijos Portadores de Vida proveen el cuerpo físico, fabricado a partir del material organizado del reino existente, mientras el Espíritu del Universo contribuye con “el aliento de vida”.
Aunque el
séptimo segmento del gran universo puede, en muchos aspectos, estar tardío en su desarrollo, los atentos estudiantes de nuestros problemas esperan
en las épocas por venir la evolución de una creación extraordinariamente bien
equilibrada. Predecimos este alto grado de simetría en Orvonton debido a que el
Espíritu dirigente de este superuniverso es el jefe de los Espíritus Rectores
de las alturas, siendo una inteligencia espiritual que incorpora la unión equilibrada
y la perfecta coordinación de rasgos y carácter de todas las tres Deidades
eternas. Estamos atrasados y rezagados en comparación con otros sectores, pero
es indudable que nos aguarda un desarrollo trascendente y un logro sin
precedentes algún día en las edades eternas del futuro.
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 413 – 414.

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