¿Cuál es el origen de los Juegos Olímpicos?

Los Juegos Olímpicos son originarios de Grecia. 

Los griegos antiguos organizaban competiciones en Olimpia, en el Peloponeso. Los primeros registros escritos de estos eventos están fechados en el 776 a.C. 

¿Qué tenían de especial esos Juegos? Tenían lugar cada cuatro años y se dedicaban a Zeus, el rey de los dioses. 

Solo se permitía participar a los hombres libres ciudadanos de Grecia, lo cual significaba que hombres de otros países, mujeres y esclavos estaban excluidos. A las mujeres casadas no les era permitido asistir a los Juegos, aunque los espectadores hicieron incluir a mujeres jóvenes.

Unos meses antes del inicio de las competiciones se proclamaba la tregua sagrada. Varios mensajeros viajaban por todo el país anunciando la tregua, que proclamaba el fin de guerras y conflictos entre los estados. Así, atletas y espectadores podían viajar a salvo hasta las competiciones. 

Los Juegos se celebraban en más lugares además de Olimpia, y siempre en honor a los dioses: en Nemea por Zeus (igual que en Olimpia), en Delfos por Apolo y en Istmia por Poseidón. Los Juegos que tenían lugar en estas ciudades se conocen generalmente como Juegos Panhelénicos. 

¡Los Juegos Olímpicos de la antigüedad tuvieron lugar durante más de 1000 años! En todo este tiempo, el programa desarrollado y los deportes que se incluían fueron variando considerablemente. Después de gozar de una notable popularidad, los Juegos empezaron a perder su prestigio. 

Su declive llegó con el emperador romano Teodosio I, un converso al cristianismo que no toleraría actos paganos en su imperio, y que los abolió en el 393 d.C. 

Si examinamos escenas de entrenamientos pintadas en un vaso, la escultura de un atleta, o algunos versos dedicados a la gloria de un atleta ganador, veremos que los artistas, ceramistas, escritores, historiadores y poetas de la época han dejado testimonios valiosos que nos han proporcionado diversos modos de conocer los Juegos de la Antigüedad. 


Fuente:
Comité Olímpico Internacional, ¿Qué sabes de los Juegos Olímpicos?, p. 2.

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