Alemania: Impulsos a la integración europea

Ningún país de Europa tiene más vecinos que Alemania. Alemania comparte fronteras con nueve países, ocho de ellos miembros de la Unión Europea (UE). La integración europea, una de las más notables historias políticas de éxito, es para Alemania el fundamento de la paz, la seguridad y la prosperidad. Su desarrollo y fortalecimiento, sobre todo, en situaciones complejas y marcadas por crisis, sigue siendo la tarea central de la política exterior alemana. El histórico proyecto de la UE, iniciado a comienzos de la década de los 50, une hoy a más de 500 millones de ciudadanos de la UE en 28 países miembros. La política europea de Alemania ha sido un motor a lo largo de todas las etapas de la integración europea y ha contribuido activamente a la convergencia de Europa después del conflicto Este-Oeste. En el marco de la integración europea se creó el mayor mercado común del mundo, caracterizado por las cuatro libertades fundamentales formuladas en los Tratados de Roma (1957): la libre circulación de mercancías, de personas, de servicios y de capitales.

Las dimensiones y la potencia económica del mercado común europeo convierten a la UE en un actor central de la economía mundial. Alemania, como mayor economía de la UE, tiene una especial responsabilidad, particularmente en fases de transformaciones económicas y sociales. Ello quedó demostrado, particularmente, durante la crisis financiera y de deuda. Para hacerle frente, los países de la eurozona crearon el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). En estrecha cooperación con Francia y los otros países miembros, Alemania quiere seguir fortaleciendo la eurozona y reformarla, con el objetivo de que el euro pueda resistir mejor a crisis. 


Fuente:
Tatsachen, “La actualidad de Alemania (2018)”, p. 48.

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