En el caso de las entidades lucrativas toma como punto de partida su origen, y en el de las no lucrativas su grado de disponibilidad.
El capital contable de las entidades lucrativas se clasifica de acuerdo con su origen en capital contribuido y capital ganado.
Capital contribuido: Está conformado por las aportaciones de los propietarios de la entidad. Dentro de sus cuentas se puede considerar el Capital social, las Aportaciones para futuros aumentos de capital y la Prima en venta de acciones.
Capital ganado (déficit): Está conformado por las utilidades y pérdidas integrales acumuladas, así como por las reservas creadas por los propietarios de la entidad. Entre sus cuentas podemos encontrar Utilidades integrales acumuladas, Pérdidas integrales acumuladas y Reservas.
En el caso de las entidades no lucrativas, toma como punto de partida su grado de disponibilidad, clasificando su patrimonio en restringido permanentemente, restringido temporalmente y patrimonio no restringido.
Patrimonio restringido permanentemente: Es aquel cuyo uso por parte de la entidad está limitado por disposiciones de los patrocinadores que no expiran con el paso del tiempo y no puede eliminarlas la administración.
Patrimonio restringido temporalmente: Es aquel cuyo uso por parte de la entidad está limitado por disposiciones de los patrocinadores que expiran con el paso del tiempo o porque se han cumplido los propósitos establecidos por dichos patrocinadores.
Patrimonio no restringido: Es aquel que carece de todo tipo de restricciones por parte de los patrocinadores para que lo use la entidad.
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 174 – 176.
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