Se puede determinar el concepto de activo no circulante con facilidad, a partir de la definición del circulante, pues por deducción serán activos no circulantes todas las partidas que no sean activos circulantes.
El activo no circulante está integrado por todas las partidas que se espera en forma razonable que se conviertan en efectivo, los recursos que brindarán un beneficio económico futuro fundadamente esperado, ya sea por su uso, consumo o servicio en un periodo mayor a un año o al ciclo financiero a corto plazo.
En el concepto anterior se pueden apreciar tres características que permitirán identificar las partidas o cuentas que deban formar parte del activo no circulante:
1. El propósito o deseo de que los recursos se conviertan o transformen en efectivo (por ejemplo, las inversiones temporales a largo plazo, sin que exista la intención de poseer otra empresa), o que coadyuven a la generación de flujos de efectivo.
2. Que los recursos se usen, consuman, devenguen o que vayan a proporcionar servicios o beneficios económicos futuros fundadamente esperados a un plazo mayor de un año.
3. El elemento fundamental de esta clasificación es el tiempo, o sea, el uso, consumo, devengado, beneficio o servicio futuro o la ayuda en la generación de flujos de efectivo sea en un plazo mayor a un año o al del ciclo financiero a corto plazo.
Para fines didácticos, el activo no circulante se ha subclasificado en tres grupos, que son:
1. Inmuebles, maquinaria y equipo.
2. Intangible.
3. Otros.
Inmuebles, maquinaria y equipo: Normados en el Boletín C-6, son bienes tangibles que tienen por objeto el uso o usufructo en beneficio de la entidad, la producción de artículos para su venta o para el uso de la propia entidad y la prestación de servicios a ésta, a su clientela o al público en general.
La adquisición de estos bienes denota el propósito de utilizarlos y no de venderlos en el curso normal de las operaciones de la entidad.
Es pertinente señalar que el hecho de que se adquieran o compren para usarlos, no implica que cuando estos bienes se hayan utilizado o hayan dejado de ser útiles para los fines de la empresa no puedan venderse; pero observe que la intención original no fue su venta, sino su utilización en los fines del negocio.
Los activos intangibles son aquellos identificables, sin sustancia física, utilizados para la producción o abastecimiento de bienes, prestación de servicios o para propósitos administrativos, que generarán beneficios económicos futuros controlados por la entidad. Los activos intangibles presentan características principales:
a) Representan costos en que se incurre, derechos o privilegios que se adquieren con la intención de que aporten beneficios específicos a las operaciones de la entidad durante periodos que se extienden más allá de aquel en que fueron adquiridos. Los beneficios que aportan son tales en el sentido de que permiten que esas operaciones reduzcan costos o aumenten ingresos.
b) Los beneficios futuros que se espera obtener se encuentran en el presente, frecuentemente representados en forma intangible mediante un bien de naturaleza incorpórea, o sea, no tienen una estructura material ni aportan una contribución física a la producción ni operación de la entidad.
El hecho de que carezcan de características físicas no impide que se les pueda considerar como activos legítimos. Su característica de activos se la da su significado económico, más que su existencia material específica.
Otros activos. Podemos decir que este grupo
está integrado por los recursos, bienes, servicios, etc., que por sus
características no cumplen los requisitos del activo circulante ni de los del
no circulante: inmuebles, maquinaria y equipo e intangibles, pero que por su
naturaleza son recursos que proporcionarán a la entidad beneficios económicos
futuros fundadamente esperados a un plazo mayor a un año, lo cual los convierte
en activos para la empresa; por ejemplo, los fondos a largo plazo, cuentas por
cobrar a largo plazo, los depósitos en garantía, pagos anticipados a largo
plazo, inmuebles, planta y equipo no utilizados (temporalmente), etc.
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 161 – 163.
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