En este sentido, se dice que para reconocer un activo se debe atender a la sustancia económica, razón por la cual no es necesario que esté asociado a los derechos de propiedad legal o que tengan la característica de ser tangibles. A manera de ejemplo, están ciertas concesiones que el gobierno otorga a las empresas, como el derecho de aterrizaje en aeropuertos, derechos de usufructo de vías de comunicación y transportes, licencias para operar estaciones de radio o televisión, entre otros.
De conformidad con la NIF A-5, la vida de un activo está limitada por su capacidad de producir beneficios económicos futuros, cuando esta capacidad se pierde parcial o totalmente, se debe disminuir o eliminar el valor del activo, reconociendo en el estado de resultados un gasto en la misma medida.
Por una parte, existe una temporalidad o vida de los activos, que está delimitada por su capacidad para generar beneficios económicos futuros; y por la otra, todos los activos transitan del balance general al estado de resultados a medida que proporcionan sus beneficios a la entidad, o cuando su capacidad para producir tales beneficios se ha perdido parcial o totalmente.
Estimaciones.
Otro aspecto importante mencionado en la NIF A-5 es la incertidumbre en cuanto a la baja de valor de un activo, en cuyo caso debe determinarse una estimación.
La norma aplica un criterio prudencial, es decir, únicamente recomienda el reconocimiento de un gasto, pues tan sólo se refiere al caso en que el activo baje de valor y no menciona el caso en que el activo pudiera tener un aumento de valor. Esto se constata en el siguiente párrafo, que señala que:
Una estimación representa la disminución del valor de un activo cuya cuantía o fecha de ocurrencia son inciertas y debe reconocerse contablemente, después de tomar en cuenta toda la evidencia disponible, cuando sea probable la existencia de dicha disminución a la fecha de valuación.
Las estimaciones son conceptos que aumentan o
disminuyen el valor del activo, pero no son un activo en sí mismas, por lo cual
deben presentarse relacionándolas con el activo respectivo, tales como las
estimaciones para cuentas de cobro dudoso, las estimaciones para obsolescencia
o lento movimiento de inventarios, o la pérdida por deterioro de inmuebles,
planta y equipo e intangibles.
Activos contingentes.
Según la NIF A-5 son los que surgen de
sucesos pasados, cuya posible existencia debe ser confirmada sólo por la
ocurrencia o, en su caso, por la falta de ocurrencia de uno o más eventos inciertos
en el futuro que no estén enteramente bajo el control de la entidad. Por tal
razón, estos activos contingentes no deben reconocerse dentro de la estructura
financiera de la entidad, ya que no cumplen sustancialmente las características
del activo.
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 156 – 157.
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