La luz, la luz sumisa
(si no fuera
la luz, la llamaran sonrisa),
al trepar en los muros, por ligera,
dibuja la imprecisa
ilusión de una blanda enredadera.
¡Ondula, danza, y trémula se irisa!
Y la ciudad, con íntimo candor,
bajo el rudo metal de una campana
despierta a la inquietud de la mañana,
y en gajos de color
se deshilvana.
Español. Lecturas. 6° Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 79.
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