Este arroyo que me mira
con inocencia de pájaro
tiene los ojos azules
del horizonte serrano.
Por ellos habla la tierra
y el árbol está soñando;
por ellos oigo la queja
del firmamento estrellado.
Como el corazón herido
por un dolor sin descanso,
canta porque está muriendo,
muere porque está cantando.
Mitad sonora presencia
y mitad sueño lejano,
este arroyo es nuestra vida,
repartida en piedra y canto.
Español. Lecturas. 6° Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 58
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