Los Eternos de los Días son visibles para todas las criaturas volitivas que habitan en sus dominios. Presiden los cónclaves planetarios regulares. Periódicamente, y por rotación, visitan las esferas sede central de los siete superuniversos. Son parientes allegados y equivalentes divinos de los Ancianos de los Días, que presiden los destinos de los siete supergobiernos. Cuando un Eterno de los Días está ausente de su esfera, un Hijo Instructor de la Trinidad dirige su mundo.
Excepto por lo que se refiere a las órdenes establecidas de la vida, tales como los nativos de Havona y otras criaturas vivientes del universo central, los residentes Eternos de los Días han desarrollado sus respectivas esferas enteramente de acuerdo con sus propias ideas e ideales personales. Ellos se visitan sus planetas, pero no copian ni imitan; siempre son completamente originales.
La
arquitectura, el embellecimiento natural, las estructuras morontiales, y las creaciones
de espíritu son exclusivas y únicas en cada esfera. Cada mundo es un lugar de
belleza sempiterna y es totalmente diferente de cualquier otro mundo en el
universo central. Cada uno de vosotros pasará un tiempo más largo o más corto
en cada una de estas esferas singulares y estimulantes según os adentréis en
vuestro camino hacia el Paraíso a través de Havona. Es natural, en vuestro
mundo, hablar del Paraíso como lo que está arriba, pero sería más correcto referirse
a la meta divina de ascensión como hacia adentro.
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 230.
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