El viento bueno hace su casa en la copa de la ceiba, y las mariposas radiantes de alas azules y verdes vuelan alrededor.
La tierra en que este árbol siembra sus raíces está siempre húmeda y viva. Porque es santo y amoroso, da la sombra de la felicidad. Y por eso los hombres buenos, cuando mueren, van a sentarse debajo de la ceiba grande, que está allá arriba del cielo alto. Allí tienen siempre buen tiempo y alegría, y lo mismo es para ellos un año que otro año.
Los hombres antiguos sembraban este árbol en medio de las plazas de. sus pueblos, como mostrando que él era el centro de la vida y del mundo. Él estaba en medio de todas las casas y las protegía y daba tranquilidad.
Debajo de la ceiba se hacían las fiestas a los huéspedes y se ataban los amores puros, y allí se llevaban las colmenas para cosechar la miel.
Así es el árbol bueno que hay en el Mayab. Cuando vayas por tu camino
mira bien los árboles y escoge.
Fuente:
Español. Lecturas. 6° Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 42.
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