—Hemos llegado —anunció el profesor Zog— a la conclusión de que en la
Tierra no hay vida.
—¿Cómo lo sabe usted? —preguntó un reportero de "La Estrella
Vespertina".
—Por una parte,' la superficie de la Tierra, en la región de Manhattan,
es de cemento sólido; nada se podría cultivar allí. Por otra parte, la
atmósfera está llena de monóxido de carbono y otros gases mortíferos; quien
respire ese aire no podrá sobrevivir.
—¿Qué significa eso en relación con nuestro programa de platillos
voladores?
—Tendremos que llevar nuestro propio oxígeno, lo cual significa que el
platillo volador tendrá que ser más grande de como lo habíamos proyectado.
—¿Hay algún otro peligro?
—En esa foto se ve algo como un río, pero las observaciones que envía el
satélite indican que el agua no es potable. Tendremos que llevar también
nuestra propia agua potable.
—Profesor, ¿qué son todos esos puntitos negros que se ven en la foto?
—No estamos seguros. Parecen ser partículas de metal que se mueven por
determinados caminos. Sueltan gases y hacen ruido, y casi siempre están
chocando unas con otras. Abundan tanto, que el platillo no podría aterrizar sin
ser atropellado por alguna de ellas.
—Si todo lo que dice es cierto, ¿no se retrasará en varios años el
programa de los platillos voladores?
—Sí, pero lo reanudaremos tan pronto como recibamos más fondos oficiales.
—Profesor Zog, ¿por qué los venusinos estamos gastando tantos millones de
zolochos en llevar un platillo tripulado a la Tierra?
—Porque si los venusinos logramos respirar en la atmósfera terrestre,
entonces podremos vivir en cualquier parte.
Español. Lecturas. 6° Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 17 – 18.
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas comentar dentro de la línea del respeto, eres bienvenido para expresarte