Este concepto ya da una idea clara de lo que es y representa el activo, pero es pertinente mencionar que estos recursos deben cumplir con ciertos requisitos para ser reconocidos, registrados y presentados como activos en los estados financieros.
Para Finney-Miller, “el activo está constituido por las cosas de valor que se poseen”, y expresa que tales cosas tienen valor para sus dueños por diferentes razones, entre las cuales menciona:
1. Porque puede emplearse como medio de
compra (el dinero).
2. Porque está constituido por derechos provenientes de créditos exigibles (las cuentas por cobrar a clientes y documentos por cobrar).
3. Porque puede venderse y convertirse en un
flujo de efectivo o un derecho exigible (mercancías).
4. Porque representa beneficios potenciales, derechos o servicios derivados de su uso (terrenos, edificios).
De acuerdo con Gordon Myron y Gordon Shillinglaw, “todo activo es el derecho que tiene valor para su dueño”. Ambas definiciones comparten un elemento en común: el valor, ya sea de las cosas que se poseen o los derechos que se tienen.
Canning, uno de los primeros en intentar definir el activo de manera amplia y general, propone: “Activo es cualquier servicio futuro en dinero o cualquier servicio futuro convertible en dinero […] cuyo interés o beneficio esté legal o equitativamente asegurado para alguna persona o grupo de personas. Tal servicio es activo sólo para esa persona o grupo de personas a quienes aprovecha.”
Al respecto, John A. Tracy sostiene que: El lado del activo presenta los recursos económicos que son propiedad de la empresa... el activo principal que posee la empresa, o sea, los recursos económicos, o la manera en que la empresa aplica el capital.
Por su parte, A. Lopes de Sá expresa que “Las cuentas del activo serán aquellas que demuestren las aplicaciones del capital”. Y más adelante: “En el activo se demuestran las aplicaciones de los valores e inversiones de la empresa o entidad.”
La FASB, en su “Declaración de los conceptos de contabilidad financiera”, número 3, define el activo como “los beneficios económicos probables y futuros obtenidos o controlados por una entidad particular como resultado de acontecimientos o transacciones anteriores”. Esta definición fue propuesta por Sprouse y Moonitz.
La NIF A-5, en vigor a partir del 1 de enero de 2006, define al activo como: Un activo es un recurso controlado por una entidad, identificado, cuantificado en términos monetarios, del que se esperan fundadamente beneficios económicos futuros, derivados de operaciones ocurridas en el pasado, que han afectado económicamente a dicha entidad.
Fuente:
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 152 – 153.
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