Las cortes de los Ancianos de los Días son los tribunales elevados de revisión para la adjudicación espiritual de todos los universos competentes. Los Hijos Soberanos de los universos locales son supremos en su propio dominio, están sujetos al supergobierno sólo en cuanto someten voluntariamente asuntos para asesoría o adjudicación por parte de los Ancianos de los Días, excepto en asuntos que comprenden la extinción de las criaturas volitivas. Los mandatos judiciales se originan en los universos locales, pero las sentencias que comprenden la extinción de una criatura volitiva siempre se formulan en la sede central del superuniverso y son ejecutadas allí. Los Hijos de los universos locales pueden decretar la sobrevivencia de un hombre mortal, pero sólo los Ancianos de los Días pueden sentarse en juicio ejecutivo de los asuntos de la vida y muerte eternas.
En todos los asuntos que no requieren proceso, presentación de pruebas, los Ancianos de los Días o sus asociados toman las decisiones, y estas decisiones son siempre unánimes. Aquí nos encontramos ante los concilios de la perfección. No hay desacuerdos ni opiniones minoritarias en los decretos de estos tribunales supremos y superlativos.
Con
algunas pocas excepciones, los supergobiernos ejercen jurisdicción sobre todas las
cosas y todos los seres de sus respectivos dominios. No hay apelación de las
decisiones y decretos de las autoridades superuniversales puesto que éstas
representan las opiniones conjuntas de los Ancianos de los Días y del Espíritu
Rector que, desde el Paraíso, preside los destinos del superuniverso
correspondiente.
Fundación Urantia, “El libro de Urantia”, p. 199.
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