Un ejemplo lo tenemos en los métodos de valuación de inventarios. Durante un tiempo se empleó el costo promedio, hasta que un grupo de empresas empezó a utilizar el método últimas entradas – primeras salidas (UEPS), al cual, en sus inicios, no se le daba gran importancia; sin embargo, a medida que fue mostrando sus ventajas y su aceptación de parte de las empresas y contadores se hizo mayor; finalmente, se convirtió en un método de valuación generalmente aceptado, dada su aplicación práctica.
La limitación más seria y significativa es que, en determinadas situaciones, una práctica generalmente aceptada pudiera no ser la más útil o adecuada desde la óptica de que tal información podría no permitir llegar a una adecuada toma de decisiones.
Hay que tener presente que en muchas ocasiones se aceptan y adoptan procedimientos por el simple hecho de que son baratos o sencillos (sin tener en cuenta que lo barato cuesta caro y que por cuidar los centavos se pierden los pesos).
En conclusión, la simple razón de que un
método o procedimiento sea aceptado y utilizado en forma general no implica
necesariamente que sea útil, lógico o bueno.
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 61.
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