En este método, se aplica el método inductivo en sus tres estadios, que son observación, hipótesis y experimentación.
La observación se entiende como la percepción clara y exacta de los fenómenos, la que exige orden o método, exactitud y precisión, a fin de que una vez realizada se pueda escribir, cotejar y revisar una y otra vez.
La hipótesis es la suposición proyectada en
el campo de las posibilidades, pero con razones fundamentadas para presumir lo
que es probable, pues no es válido decir “yo creo” o “a mí me parece”, porque
la hipótesis es sólo resultado de un razonamiento lógico que, a pesar de no ser
una prueba, puede ser viable fundamentada por las circunstancias que se
obtuvieron en la observación.
La experimentación es la provocación del fenómeno a voluntad del investigador.
Cuando después de todos estos pasos se ha
llegado al proceso de generalización, entonces se determina una ley, basada en
la verdad y la certidumbre.
Fuente:
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 57 – 58.
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