Este enfoque, que tiene mucho en común con el basado en la conducta, se refiere a que los informes contables no sólo se medirán por su efecto en la conducta de los dueños o de las personas a las que van dirigidos, sino que lleva sus objetivos un poco más allá, es decir, se dirige al bienestar de la comunidad. Para este tipo de enfoque, la presentación de ejemplos se dificulta, ya que no es posible determinar cuáles principios o procedimientos son los adecuados a menos que los contadores posean una idea o base que les ayude a determinar, razonablemente hablando, qué juicios relativos al bienestar son importantes y qué tipo de información les permitirá llegar a formar tales juicios.
Fuente:
‘Principios de Contabilidad’, Álvaro Javier Romero López, Ed. Mc Graw Hill, 4° edición, p. 60.
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