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Las técnicas de presupuestación

Cuatro son las técnicas básicas de confección de presupuestos:

1. El Presupuesto Rígido.

2. El Presupuesto Flexible.

3. El Presupuesto por Programas.

4. El Presupuesto Base Cero.

El Presupuesto Rígido.

Los costes de algunos departamentos no dependen del volumen de ventas o producción. Tales presupuestos no se ven afectados por los cambios habidos en las anteriores variables, ya que, o bien el volumen de operaciones es siempre el mismo, sin que se produzcan fluctuaciones importantes, o bien, ninguna partida de costes y gastos presenta oscilaciones importantes. El presupuesto fijo se diseña para un único volumen de producción o de actividad. 

El Presupuesto Flexible.

Supone la elaboración de un conjunto de planes presupuestarios alternativos correspondientes a los diferentes niveles de actividad previstos, conceptuados éstos como una serie de rangos alternativos de actividad, más que como determinados volúmenes de producción. Este tipo de presupuestos permite establecer comparaciones entre las realizaciones y las previsiones, en función del nivel de actividad alcanzado, ya que es posible conocer los costes vinculados a un determinado nivel. 

Parte del análisis previo del comportamiento de los costes fijos y variables, según los rangos de actividad. 

Los presupuestos flexibles cumplen una doble función:

1. Planificación de sucesos cuando los niveles de venta son menores de los previsto o existen excesos de demanda que han de ser satisfechos.

2. Comparación de la producción real con la prevista para el nivel alcanzado. 

El Presupuesto por Programas.

Se caracteriza por estar centrado en el control de los medios, más que en el de los fines, suponiendo la definición de unos objetivos, el diseño de los programas y en establecimiento de indicadores que permitan relacionar objetivos y programas. 

En relación con su aplicación, requieren la implantación de sistemas de información capaces de atender a múltiples requerimientos. La base informativa ha de conjugar la teoría de sistemas con el análisis coste-beneficio. 

La elaboración de un presupuesto por programas según Smithies (1955), supone:

1. Determinación de objetivos, jugando la experiencia un importante papel, ya que frecuentemente sólo es posible fijar los objetivos futuros basados en el conocimiento presente.

2. Elaboración de los programas, materializando los objetivos propuestos.

3. Selección de los programas óptimos para la consecución de un mismo objetivo, por medio del análisis de eficiencia.

4. Confección definitiva del presupuesto como expresión cuantitativa en términos físicos y monetarios de todos los programas. 

Los objetivos planteados son:

1. Identificación y examen de fines y objetivos.

2. Análisis del presupuesto de cada programa en función de sus objetivos.

3. Determinación de la incidencia derivada de la realización de un programa.

4. Formulación de objetivos y programas de carácter plurianual.

5. Revisión periódica de los objetivos de los programas. 

El Presupuesto Base Cero.

Su característica principal consiste en que se inicia la formulación de los presupuestos de gastos a partir de cero. Requiere por parte de cada responsable de los centros de gastos la justificación de la necesidad y conveniencia de cada partida presupuestaria, determinando, si ello es posible, su rentabilidad específica. Hay que demostrar en cada área específica de la empresa que el beneficio generado va a ser mayor que el coste incurrido. 

Esta técnica suele aplicarse a las áreas de finanzas, control, relaciones industriales, mercadotecnia, mantenimiento, control de calidad, investigación y desarrollo y otras similares, y no al ámbito de los factores productivos. 

Su filosofía supone la aplicación de técnicas administrativas y contables tales como: la administración por objetivos, la contabilidad por áreas de responsabilidad, la evaluación de la actuación o el análisis coste-beneficio. 

Con su aplicación se obtienen ventajas tales como: la eliminación de actividades repetitivas e innecesarias, la ordenación de las tareas según su grado de importancia y la evaluación de opciones alternativas que permitan aumentar la economicidad. 

Las etapas para su elaboración son:

1. Establecer las bases de la planificación, teniendo en cuenta las restricciones de recursos humanos y económicos, así como el entorno económico de la empresa.

2. Determinar los paquetes de decisión, o actividades diferenciadas por centros de responsabilidad o por la frecuencia de las operaciones realizadas.

3. Análisis de las unidades de decisión o bases de la planificación, que implica el análisis de sensibilidad entre diferentes opciones, la selección de la opción mejor y el diseño de las herramientas cualitativas y cuantitativas de evaluación.

4. Jerarquización de los paquetes de decisión, en función de su rentabilidad, nivel de riesgo o repercusión sobre la liquidez de la empresa.

5. La elaboración del presupuesto anual, de acuerdo con el nivel de actividades a desarrollar, y su integración al presupuesto global.

6.- Control de resultados, mediante el seguimiento que permita corregir las desviaciones.

Fuente:
Académica – Curso Elaboración de Presupuestos.

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