Las costumbres son los hábitos y las creencias que distinguen a las personas de un lugar. Cuando las costumbres se transmiten de padres a hijos a lo largo de muchas generaciones, se convierten en tradiciones. De esa manera, se crea y se conserva la herencia cultural de los pueblos.
Algunas costumbres y tradiciones de los pueblos mexiquenses se remontan a tiempos muy antiguos, incluso a la época prehispánica. Un ejemplo es el culto a los muertos, a quienes se dedicaba una ofrenda con alimentos, bebidas y utensilios por la creencia de una existencia después de la muerte. Actualmente, en muchos pueblos indígenas se mantiene parte de esta tradición en el Día de Muertos, que se celebra el 2 de Noviembre; pero también la practican de forma diversa grupos más amplios de nuestra sociedad. Esta festividad ha retomado elementos de otras tradiciones, además de la indígena.
Muchos pueblos de la entidad realizan celebraciones que empezaron durante la época virreinal, cuando los españoles gobernaban, como las peregrinaciones y las fiestas a los santos patronos, el carnaval y la Semana Santa. También se crearon tradiciones vinculadas con la evangelización, como las piñatas de siete picos, que, según se cuenta, fueron empleadas por los frailes del convento de San Agustín Acolman para explicar a los indígenas los pecados capitales. En la actualidad, los habitantes de Acolman recuerdan la tradición con la Feria de la Piñata y las posadas.
Los habitantes de los pueblos participan en la organización de las fiestas, de acuerdo con los cargos que les asigna la comunidad. La mayordomía es el puesto más importante de la fiesta. En algunos pueblos se elige un mayordomo diferente para cada celebración, y en otros hay familias que tienen el puesto permanentemente.
Los capitanes organizan las danzas y las representaciones teatrales. Por lo general, las familias heredan ese cargo a sus hijos y así se conservan los bailes, los vestuarios y los diálogos de las representaciones. También hay familias que se encargan de la comida, la música y la pirotecnia.
En algunos pueblos se pueden observar construcciones de la época prehispánica, como los basamentos piramidales de Teotihuacan, la ciudad de Teotenango, los baños y acueductos de Tetzcotzinco o el centro ceremonial de Malinalco.
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