Lava tus pies diario: Todos los días lava tus pies con agua tibia y jabón.
Siempre utiliza chanclas al bañarte: Principalmente si es un baño compartido, así previenes la presencia de hongos en los pies.
Sécalos muy bien con un paño suave y sin frotarlos: Pon especial atención entre los dedos, pues es ahí donde se acumula humedad que favorece el desarrollo de hongos y lesiones.
Úntales crema: Usa crema sin alcohol para evitar la resequedad de la piel, pero no la pongas entre los dedos.
Usa talco para tu tipo de pie: Si te sudan mucho los pies, sécalos muy bien y ponles algo de talco especial.
Utiliza calcetines sin costuras: Hay calcetines especiales para personas con diabetes. Desecha los que estén rotos o remendados pues te pueden lastimar.
No camines descalzo: Podrías lesionarte con algún objeto.
Acude al podólogo: Asegúrate de que se especialice en pie diabético ya que el cuidado de las uñas es muy importante; un mal corte podría ocasionarte problemas, como uñas “enterradas” o “encarnadas”.
No intentes removerte los callos tú mismo: Y sobre todo evita el uso de instrumentos cortantes o de químicos para remover callosidades, estos pueden producir lesiones.
Revisa
tus pies diariamente: Observa con detenimiento la planta de tus pies y el resto
de tu pie todos los días para verificar que no tengas ninguna herida.
Revista del Consumidor #549 Noviembre 2022, p. 67.
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