Coronación
en casa.
La edición de Inglaterra 1966 será recordada por el gol 'fantasma' que encaminó a los anfitriones a la conquista de su único Mundial, tras vencer a Alemania.
El año de 1966 fue glorioso para Inglaterra, ya que recibieron la octava edición de la Copa del Mundo y querían demostrar por qué se consideraban como los creadores y amos del futbol. Los Leones fueron la mejor selección, terminó invicta, ganó cinco de sus seis partidos, con una ofensiva que marcó 11 goles y una sólida defensa que recibió tres tantos.
La Final contra Alemania, tras empatar 2-2 en los 90 minutos, se definió en tiempos extra, donde Geoff Hurst fue la estrella de los ingleses al hacer dos goles, que le dieron el título a su país al sentenciar el marcador 4-2 y completar su triplete. Sin embargo, la Final estuvo manchada por la polémica, pues el disparo de Hurst desde fuera del área que pegó en el travesaño y después picó en el césped, nunca cruzó la línea de gol, pero el árbitro suizo Gorrfierd Dienst determinó lo contrario y con esa anotación fantasma' los locales se encaminaron al título, pues era el 3-2.
El hat-trick en la Final no le alcanzó a Geoff Hurst para ser el mejor romperredes del Mundial, que hubiera sido la cereza del pastel para Inglaterra, y pese a terminar con cuatro goles, fue superado por el portugués Eusebio, quien lideró con nueve anotaciones.
Inglaterra fue la tercera selección anfitriona en coronarse; era dirigida por Alf Ramsey, quien contaba con una gran camada de jugadores, como Bobby Moore, lan Callaghan y Bobby Charlton; piezas fundamentales en su esquema para obtener el título, que será recordado porque la reina Isabel II entregó el trofeo en el mítico Wembley.
Fuente:
Por Gustavo Vargas en Récord Especiales, ‘Rusia 2018’, Ed. Notmusa, p. 165.
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