Ain Yalut (1260).
En 1258, las temibles huestes mongolas habían tomado Bagdad, Alepo y Damasco, y su siguiente objetivo era el Egipto mameluco. El sultán Qutuz opuso resistencia a la invasión con 20,000 de sus mejores hombres. Una inoportuna disputa dinástica menguó sustancialmente el tamaño del contingente mongol, de manera que en Ain Yalut se enfrentaron dos ejércitos numéricamente similares. Los mamelucos fingieron una falsa retirada y soportaron la demoledora carga mongola. Fueron las unidades de reserva las que tomaron por sorpresa a los mongoles, haciéndose con la victoria.
Constantinopla (1453).
Desde los
tiempos de la primera gran oleada de conquistas musulmanas, Constantinopla
había sido objeto de asedio por parte de numerosos ejércitos islámicos que
siempre se estrellaban contra sus muros. En 1453 y tras dos meses de sitio, el
sultán otomano Mehmet II borró definitivamente al Imperio Bizantino del mapa en
una operación anfibia de grandiosas dimensiones. El bloqueo naval, el fenomenal
despliegue de artillería y la acción decidida de 12,000 jenízaros que lograron
abrir brecha en las murallas de la capital bizantina, hundieron la resistencia
del Imperio Romano de Oriente.
Por Roberto Piorno en Muy Interesante Historia, ‘El Islam. Los misterios de una religión’, Ed. Televisa, p. 41.
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