En la tradición bélica preislámica de botín y prestigio, la agresión a miembros de la propia tribu estaba prohibida. Mahoma introdujo por primera vez en Arabia un modelo de guerra ideológica. La comunidad religiosa sustituyó a la tribu como epicentro de las relaciones sociales, lo que exigió un cambio de mentalidad radical que cristalizó en una necesidad de dotar a la nueva filosofía guerrera de un respaldo teórico.
A medida que el islam ha ido adquiriendo una posición predominante con respecto a las entidades políticas del entorno, la filosofía guerrera se ha vuelto más agresiva. Así, las contradicciones del Corán no han hecho más que reflejar estas diferentes fases y tradiciones en la intención de conformar una idea islámica coherente de la guerra.
Fuente:Por Roberto Piorno en Muy Interesante Historia, ‘El Islam. Los misterios de una religión’, Ed. Televisa, p. 34.
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