A la hora de recreo los niños juegan en el patio de la escuela.
Varios niños convienen en jugar a las carreras.
Antes de empezar a correr se ponen de acuerdo: todos deben iniciar la carrera al mismo tiempo y recorrer igual distancia. Para hacer otra carrera disponen que todos los corredores vuelvan a la base y que se cuente “una”, “dos”, “tres”.
Todos aceptan estas reglas y se ponen a jugar.
En otro lugar del patio, un grupo de niñas organiza una roña. Una de ellas dice señalando, una a una, a sus compañeras:
Al din, dan, din, don, don,
de la danza,
¿Cuántas fies – tas hay en Fran – cia?
¡Ah querre – teplé! ¡Ah querre – chulé!
Al din, don, que sal – ga usted.
A la que le toca usted se pone muy contenta porque ella no traerá, en esta ocasión, la roña.
Después de contar para saber quién va a traer la roña, establecen otras reglas y cuando están de acuerdo, es decir, cuando el juego ha sido organizado, se entregan a él con alegría.
Todos los juegos tienen sus reglas o leyes, y los buenos jugadores las respetan.
Generación 1960. Mi libro de 2° año, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 206 – 207. App CONALITEG Digital. Generación 1960. Segundo Grado. Mi libro de 2° año.
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