Un esclavo llamado Androcles tuvo la oportunidad de escapar un día y corrió hacia la foresta.
Y mientras caminaba sin rumbo llegó a donde yacía un león, que gimiendo le suplicó:
- Por favor te ruego que me ayudes, pues tropecé con un espino y una púa se me enterró en la garra y me tiene sangrando y adolorido.
Androcles lo examinó y gentilmente extrajo la espina, lavó y curó la herida. El león lo invitó a su cueva donde compartía con él el alimento.
Pero
días después, Androcles y el león fueron encontrados por sus buscadores.
Llevado Androcles al emperador fue condenado al redondel a luchar contra los
leones.
Una
vez en la arena, fue suelto un león, y éste empezó a rugir y buscar el asalto a
su víctima. Pero a medida que se le acercó reconoció a su benefactor y se lanzó
sobre él pero para lamerlo cariñosamente y posarse en su regazo como una fiel
mascota. Sorprendido el emperador por lo sucedido, supo al final la historia y
perdonó al esclavo y liberó en la foresta al león.
Moraleja: Los buenos actos siempre son recompensados.
https://es.wikisource.org/wiki/Androcles_y_el_le%C3%B3n
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