En la actualidad los mercados nacionales, antes discernibles, se funden en un solo mercado mundial enorme donde se vende el mismo producto básico a todos los clientes del planeta. Esta consolidación ocurre tanto con los productos de consumo como con los productos empresariales, y ha abierto grandes oportunidades a los administradores.
Sin embargo, a pesar de las pruebas de que los mismos bienes y servicios son aceptados por clientes de todo el orbe, es importante no recalcar mucho esta tendencia. Como las culturas nacionales son muy desemejantes perduran las diferencias más importantes en los gustos y preferencias de los consumidores de varios países. Estas diferencias requieren que los administradores adapten bienes y servicios a las preferencias de los consumidores locales. Las compañías también deben tener cuidado al diseñar, y elegir los sistemas de información y sitios electrónicos para que sus clientes compren sus productos.
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