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Existencialismo y Filosofía Analítica. Sartre

El objeto fundamental de la Filosofía de Sartre es el individuo. Sartre concibe el individuo como subjetividad y libertad. En la subjetividad no hay nada que nos determine.

Introducción.

El existencialismo procede de la reacción antihegeliana llevada a cabo por Kierkegaard, quien insistió en el carácter primario de la singularidad y, por tanto, en la irreductibilidad del individuo.

En su desarrollo contemporáneo (Heidegger, Sartre), el existencialismo recoge esta afirmación de la irreductibilidad del individuo, de la existencia humana, basando su análisis de ésta en el método fenomenológico de Husserl.

Husserl (Fenomenología).

La fenomenología analiza y describe los fenómenos de conciencia. La intencionalidad, que tiene un carácter relacional y bipolar, significa tender a un objeto. Y lo que se refiere a los objetos es la conciencia misma.

Por la conciencia entiende Husserl la totalidad de los actos o vivencias intencionales. La intencionalidad no es una especie de término medio entre el yo y el objeto, sino el propio yo en su exteriorización, algo que pertenece por completo al polo del sujeto.

Husserl denomina NÓESIS al polo de la conciencia y NOÉMA a su objeto o correlato.

Nietzsche: El existencialismo tomará de su Filosofía la exaltación de la individualidad y su concepción como libertad creadora.

Kierkegaard (El concepto de la angustia): En gran medida el existencialismo parte de Kierkegaard por su consideración de la individualidad como subjetividad. Así, la angustia es el sentimiento por el que tomamos conciencia de nuestra libertad.

Heidegger (Ser y tiempo).

Según Heidegger la metafísica únicamente se ha preocupado por los entes, llegando a concebir al hombre como un ente más.

Por tanto, la pregunta que ha olvidado sería la siguiente: ¿Cómo es ese ser capaz de preguntarse por el resto de los seres? Este ser es el existente o “ser-ahí”. Heidegger denomina diferencia ontológica a lo que diferencia al ser-ahí de los restantes entes.

Ser y tiempo acomete una “analítica existencial del Dasein”, utilizando el método de la fenomenología.

ANALÍTICA DEL DASEIN.

- SER-EN-EL-MUNDO: el existente se encuentra como arrojado a un mundo que es el conjunto de sus posibilidades.

- SER-CON-OTROS: relaciones intersubjetivas.

- SER-PARA-LA-MUERTE: el existente ha de asumir su finitud. Lleva una existencia falsa o inauténtica cuando se deja llevar por la impersonalidad de lo que se hace, se dice, etc. Sin embargo, puede llevar una existencia auténtica cuando asume su finitud como individualidad.

- SER-EN-EL-TIEMPO: únicamente el existente tiene una vivencia del tiempo que consiste en una constante reinterpretación. Heidegger denomina a esta vivencia “círculo hermenéutico”.

Humanismo existencialista de Sartre (El ser y la nada).

Sartre reconoce, siguiendo la doctrina fenomenológica husserliana, que la naturaleza del yo es intencional, que el yo es una realidad vertida a lo otro. El yo consiste básicamente en apertura e intención.

La ontología de Sartre se apoya en estos supuestos y es una “ontología fenomenológica”, descriptiva o analizadora de la relación sujeto-objeto, que se muestra en la consideración de la conciencia, en su estructura intencional. Objeto y sujeto son, pues, las dos realidades de esta ontología.

- SER-PARA-SÍ (NADA): o conciencia, es una proyección intencional hacia las cosas y los otros. Sartre define al hombre como subjetividad. En cuanto que, en la subjetividad no hay nada que nos determine, el hombre es libertad. Sartre critica la pretensión cartesiana de separar la conciencia y el mundo. De hecho, es la conciencia la que da un significado a los objetos.

- SER-EN-SÍ (SER): los objetos aparecen a mi conciencia como una realidad opaca, maciza, sin firmas, etc. En cuanto que los objetos son para mí conciencia, ser es ser percibido (Berkeley). Para Sartre sólo hay la realidad fenoménica. Critica, por tanto, el concepto kantiano de NOÚMENO. Para Sartre, los objetos son contingentes o sin necesidad.

El ser-para-sí o la conciencia anhela la identidad del ser-en-sí. Pero este anhelo es un fracaso porque la conciencia es una constante proyección (“el hombre es una pasión inútil”).

La conciencia es también una proyección hacia los otros. En las relaciones intersubjetivas aparecen los sentimientos y la imaginación. En este sentido la conciencia tiene un carácter mágico porque puede transformar el mundo y a los otros. Según Sartre, estas relaciones siempre conducen al fracaso porque se da un mutuo intento de COSIFICACIÓN, que Sartre ejemplifica con la mirada.

Hemos visto que el hombre fracasa en su anhelo de convertirse en la identidad del ser-en-sí y en sus relaciones con los otros. Por tanto, lo único que le queda al hombre es su propia libertad.

En este sentido, el yo o la conciencia es una realidad abierta, siempre proyectada, indeterminada.

Para Sartre “el hombre es el único ser en el que la existencia precede a la esencia”, es decir, el hombre es un proyecto que se vive subjetivamente, el hombre comienza por elegirse. Esto es lo que quiere decir la frase de Sartre de que “el hombre está condenado a ser libre”.

Habrá que analizar por tanto, qué momentos tiene la libertad humana:

- ATEÍSMO: si existiera un Dios creador había creado al hombre mediante una esencia. En cuanto que el hombre carece de esta esencia o “dueño”. Dios no puede existir. La libertad es incompatible con la existencia de un Dios creador. Sartre ejemplifica esto con una frase de Dostoyevski: “Si Dios no existe, todo está permitido”.

- POSIBILIDADES: el hombre siempre se encuentra arrojado a un mundo que viene constituido por el conjunto de las posibilidades. A través de las posibilidades podemos elegir. Así mismo, al elegir vamos creando y negando diferentes posibilidades.

- LIBERTAD: únicamente se hace real a través del compromiso. Así mismo, el compromiso conlleva la responsabilidad: cuando elijo mi vida también elijo cómo quiero que sea el resto de la humanidad. Actuar de mala fe significa ocultar nuestra libertad o responsabilidad inventando excusas o falsos determinismos.

- ANGUSTIAS: si el hombre es libertad, es también angustia. La angustia es el sentimiento por el que tomamos conciencia de nuestra libertad y responsabilidad.

- MORAL DE SITUACIÓN: toda moral establecida es demasiado abstracta o ambigua para las situaciones que se nos presentan. De tal manera que en cada circunstancia sólo podemos actuar guiados por nuestros “instintos”.

El existencialismo es un Humanismo en la medida en que mantiene como realidad absoluta la objetividad e individualidad del hombre, siendo esta realidad incompatible con la idea de Dios y con un mundo de esencias.



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