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El Gobierno de Madero

En medio de un júbilo popular desbordante, Madero asumió la Presidencia de la República el 6 de Noviembre de 1911. Nombró miembros de su gabinete a Manuel Calero, Abraham González, Miguel Díaz Lombardo, Ernesto Madero, Rafael Hernández, Manuel Bonilla, Manuel Vázquez Tagle y José González Salas. Al poco tiempo, Jesús Flores Magón sustituyó a Abraham González y José María Pino Suárez a Díaz Lombardo. No todas aquellas personas habían tomado parte en la Revolución.

 

Como Madero era hombre de ideales nobles y de muy buenos propósitos, el pueblo le tenía fe y esperaba ver cumplidas las promesas revolucionarias. Sin embargo, la situación en que el nuevo Presidente recibía el poder no lo ayudaba a realizar desde luego lo que de él se esperaba, pues, según el convenio de Ciudad Juárez, todo cambio debía hacerse dentro de la Constitución, no revolucionariamente. También por el convenio, Madero se había obligado a licenciar las tropas revolucionarias. Ocurría esto más: los enemigos de la Revolución se preparaban a derrocar el gobierno de Madero y para eso conspiraban encabezados por dos antiguos generales porfiristas: Félix Díaz, sobrino de Porfirio, y Bernardo Reyes.

 

Todo eso, y el hecho de que no se ordenase la inmediata restitución de las tierras, fue motivo o pretexto de alzamientos y sublevaciones. Dos jefes revolucionarios se rebelaron: Pascual Orozco, en Chihuahua, y Emiliano Zapata, en Morelos. Félix Díaz se levantó en el puerto de Veracruz; Bernardo Reyes en la frontera del Norte.

 

La rebelión de Orozco fue vencida. Con Emiliano Zapata, Madero quería que las cosas se arreglaran. Félix Díaz, derrotado, quedó prisionero, fue juzgado por un consejo de guerra y sentenciado a muerte. Madero lo indultó y lo puso preso en la Penitenciaría del Distrito Federal. A Bernardo Reyes, capturado también, se le sujetó a proceso y se le encerró en la prisión de Santiago Tlatelolco. Madero no era violento, ni sanguinario, ni cruel, sino inclinado a la benevolencia y al perdón.

 

Posteriormente, en la Ciudad de México, el 9 de Febrero de 1913, el general Manuel Mondragón se pronunció contra el gobierno y puso en libertad a Félix Díaz y a Bernardo Reyes. Éste murió en el asalto al Palacio Nacional, intento que fracasó. Mondragón y Félix Díaz se apoderaron de la Ciudadela, y entonces se desarrolló en el centro de la ciudad la sangrienta lucha que se conoce con el nombre de la decena trágica, porque duró diez días.

 

Mandaba las tropas del gobierno Victoriano Huerta; pero éste, de pronto, traicionó y aprehendió a Madero, y a la vez se apoderó del Vicepresidente, José María Pino Suárez, todo lo cual hizo después concertarse secretamente con los alzados.

 

Madero y Pino Suárez, presos y en peligro de muerte, tuvieron que firmar sus renuncias. Pese a ello, fueron asesinados, por orden de Victoriano Huerta, el 22 de Febrero de 1913.

 

La traición de Huerta y la muerte de Madero y Pino Suárez causaron profunda indignación en todo el país. La memoria de Madero empezó a ser objeto de un culto cívico.



Fuente:
Generación 1960. Mi libro Historia y Civismo. Cuarto Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 159 – 160.
App CONALITEG Digital. Generación 1960. Cuarto Grado. Mi libro Historia y Civismo.


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