Al visitar el sitio arqueológico de Machu Picchu, el autor chileno Pablo Neruda (1904 – 1973) se inspiró para escribir su poema ‘Alturas de Machu Picchu’, una de sus piezas más celebradas por la importancia que da al compromiso humano. Años después, en su libro de memorias ‘Confieso que he vivido’ (1974, edición póstuma) recordaba así aquel viaje:
“…subí hasta las ruinas de Machu Picchu. Ascendimos a caballo. Por entonces no había carretera. Desde lo alto vi las antiguas construcciones de piedra rodeadas por las altísimas cumbres de los Andes verdes. Desde la ciudadela carcomida y roída por el paso de los siglos se despeñaban torrentes. Masas de neblina blanca se levantaban desde el río Wilcamayo. Me sentí infinitamente pequeño en el centro de aquel ombligo de piedra; ombligo de un mundo deshabitado, orgulloso y eminente, al que de algún modo yo pertenecía…”
Fuente:
Muy Interesante – Las maravillas del mundo. Antiguas y Modernas, Editorial GyJ Televisa, p. 58.
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