Todos los astros que gravitan en el espacio exterior tienen un movimiento propio. Cuando el Sol, la Luna y la Tierra se encuentran en la misma línea recta, se producen los eclipses y son de dos tipos: eclipses solares y eclipses lunares.
Eclipse de Luna. Ocurre en el momento en que la Tierra queda entre el Sol y la Luna. La tierra es un cuerpo opaco que recibe la luz solar y por eso proyecta una sombra; algunas veces la Luna pasa por esa sombra, entonces se oscurece y ocurre el eclipse. Se afirma que es total cuando este satélite entra enteramente en la sombra del planeta, y que es parcial cuando entra sólo una parte. Los eclipses lunares se dan únicamente si hay Luna llena.
Eclipse de Sol. Sucede cuando la Luna se encuentra entre el Sol y la Tierra. El satélite, al moverse alrededor de nuestro planeta, se interpone entre éste y el Sol, evitando que una parte o toda la luz solar llegue a la Tierra. La Luna avanza cubriendo lentamente el disco solar, el cual va tomando el aspecto de una hoz que se adelgaza poco a poco hasta quedar completamente cubierto, entonces ocurre un eclipse total de Sol. La fase lunar tiene que estar en Luna nueva. El 7 de Marzo de 1970 se vio en México uno de esta clase, al igual que el 11 de Julio de 1991.
Lo que sucede en un eclipse de esta naturaleza es lo siguiente: la temperatura desciende, hace frío; algunas flores cierran su corola y los animales se disponen a dormir como cuando anochece. Momentos previos a la ocultación total del disco solar, bandas de luz y sombra se deslizan por el suelo y ascienden otra vez moviéndose rápidamente; son sombras volantes que se deben al movimiento y agitación del aire; en el cielo de distinguen algunas estrellas y surgen Mercurio y Venus, que son los planetas más próximos al nuestro. Todo esto dura aproximadamente ¡3 minutos!, y en unos segundos el borde del círculo solar muestra una serie de puntos luminosos formando una corona; después aparece una línea fina y brillante que se va ensanchando poco a poco hasta dejar nuevamente descubierto al Sol, que vuelve a brillar deslumbrante y magnífico.
En la antigüedad existieron pueblos (entre ellos los mayas, aztecas y teotihuacanos) que conocieron y pronosticaron los eclipses; por eso en algunas regiones de nuestro país se recibe este acontecimiento con música y bailes autóctonos, como un homenaje a los antepasados.
En la actualidad, los eclipses pueden pronosticarse con toda exactitud ¡Hasta con miles de años de anticipación!
Fuente:
Supertareas 4, Fernández Editores.
Supertareas 4, Fernández Editores.
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