La Arena Coliseo vio nacer y florecer la época de oro de la Empresa Mexicana de Lucha Libre, aquel fue un tiempo inolvidable caracterizado por un aumento sin precedentes del número de aficionados, las arenas se abarrotaron con viejos y nuevos seguidores. Fue también el momento en que surgieron los grandes ídolos y las más importantes leyendas de la lucha libre. Fue en aquellos años cuando la EMLL, ya con Salvador Luttheroth Camou al frente de la empresa, vio consolidado su más ambicioso proyecto al expandirse materialmente con la construcción de varias arenas en distintas ciudades del territorio nacional y la construcción de la más grande e importante de todas: la Nueva Arena México. Pero eso no fue lo único, la lucha libre también ganaba terreno más allá de lo material, pues con rapidez se colocaba en el imaginario y simbólico de la cultura popular en nuestro país.
El evento que dio inicio formal a esta época gloriosa fue, sin duda, la lucha de máscara contra máscara entre Black Shadow y El Santo. Esta lucha representó un hito, pues a partir de ella la EMLL se consagró como la mejor promotora deportiva de nuestro país marcando un antes y un después con respecto a eventos deportivos multitudinarios. Así pues, en 1952 ofreció por primera vez un encuentro en modalidad de relevos australianos, trayendo consigo más emociones y dinamismo a los eventos de lucha libre. El trío que mejor se acopló en el primer año fue integrado por Cavernario Galindo, El Santo y El Verdugo. Esta invención resultó ser todo un éxito que continúa rindiendo frutos hasta la actualidad.
Una innovación más de la EMLL fue de los Torneos Relámpago. Hubo diferentes formatos de esta competencia, uno de ellos fue el Torneo de una tarde que se presentó por primera vez el 14 de Agosto de 1959. En esos torneos, nueve luchadores se enfrentaron en batalla campal y sólo uno resultaba ganador. Posteriormente, se realizaban cuatro luchas más en mano a mano a una caída entre el resto de los contendientes de la campal. Como resultados de estas batallas, los vencedores se eliminaban en la misma modalidad hasta sacar a un ganador. Este último terminaba encarándose en una batalla estelar contra el ganador de la campal, para así tener a un único vencedor.
Para 1955, en las funciones de la EMLL, se instauraron cinco luchas mano a mano con límite de tiempo para darle más agilidad a los encuentros. Además, se ofrecía un número mayor de participantes en cada función, lo que trajo consigo una cantidad importante de debutantes. Dado que las arenas se abarrotaban en cada función, el 1 de Febrero de 1955, en la Arena Coliseo, la EMLL presentó una variante: uno de los encuentros preliminares se lucharía después del evento estelar como una lucha extra con el objetivo de evitar los tumultos a la hora de la salida (pensando, en efecto, que muchos se irían antes debido a la poca expectación de estas luchas). En aquella ocasión, Rogelio de la Paz (quien, posteriormente, se convertiría en La Sombra Vengadora) venció al Ángel Negro. Esta modalidad de lucha se conoció por los aficionados de aquélla época como “la lucha del cuaz”.
Fuente:
CMLL – 85 Años. Lucha Libre, Ed. AM Editores, p. 88.
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