La dirección es una función vital de la administración. Se pueden hacer planes, organizar y obtener recursos, pero no se logrará ningún resultado tangible hasta que se lleven a cabo las decisiones que corresponden a las actividades propuestas y organizadas. Es el proceso que se sigue para guiar las actividades de los miembros de la organización en direcciones apropiadas.
La dirección es el elemento más decisivo, es el que conduce el organismo social. La dirección implica centrarse en los miembros de la organización y tratar con aspectos tales como: moral, arbitraje de conflictos y desarrollo de buenas relaciones de trabajo entre las personas. Para dirigir, hay que inducir a los demás a que se realicen los planes que se hayan trazado y a que se mantengan, dentro de los límites impuestos por el organismo.
La dirección es el aspecto interpersonal de la administración, por medio del cual, los subordinados pueden comprender y contribuir de manera eficiente, al logro de los objetivos del organismo social. Todo esfuerzo organizado, se realiza con la finalidad de generar un bien o servicio. Cuando la cabeza funciona mal, todo el organismo opera mal.
La creación y la operación de un sistema de dirección para los administradores, es uno de los aspectos más arduos y difíciles dentro de sus funciones administrativas. Los pasos que se deben realizar, son en gran parte, de naturaleza empírica y los resultados son hasta cierto punto inciertos; dentro de estas limitaciones, los administradores tratan de hacer lo mejor que está a su alcance.
El punto de vista de sistemas, sugiere que el administrador debe enfrentarse a situaciones dinámicas, inciertas y frecuentemente ambiguas. El administrador está restringido por muchas fuerzas internas y externas, entre ellas las tecnológicas, estructurales, psicosociales, etc.
El concepto de sistemas, destaca que las asignaciones de la administración no tiene límites nítidos o claramente definidos, más bien, el administrador moderno está colocado en medio de una red de interrelaciones dependientes. El único objetivo perdurable, es el esfuerzo de construir y mantener un sistema predecible y de interrelaciones, de patrones de conducta que están dentro de límites físicos razonables.
Considerando a un organismo social como un compuesto de niveles o sistemas, éstos puede ser de manera siguiente: estratégicos, de coordinación y operativo. El sistema estratégico encara el más alto grado de incertidumbre en términos de los insumos provenientes de su medio ambiente, sobre los cuales tienen poco o ningún control; por tanto, el administrador a este nivel debe tener puntos de vista de un sistema abierto. En el sistema de coordinación, el administrador opera entre los niveles estratégicos y operativos y sirve como intermediario y coordinador de ambos. Este nivel transforma la incertidumbre del medio en racionalidad técnico-económica necesaria como insumo del sistema operativo.
La dirección puede ser visualizada como un subsistema, que se aparta del proceso administrativo general. La dirección es el proceso que permite despertar, en otros miembros del organismo, una acción debidamente orientada hacia unos objetivos dados. La dirección constituye, una función estrechamente vinculada con los recursos humanos, un sistema particularmente relacionado con las reacciones en la conducta y las relaciones interpersonales.
El proceso que sigue el sistema dirección, implica la ejecución de ciertas actividades administrativas, necesarias por medio de las cuales, se lleva a cabo la acción de dirigir, éstas son difíciles de establecer, ya que se dan en la práctica indistintamente.
Fuente: Introducción a la Administración con Enfoque.
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