La mismísima Biblia contiene diversas señales de intervención extraterrestre en la humanidad desde hace miles de años: el carro de fuego que rapta a Elías – ¿Una nave espacial? –, las apariciones de ángeles – o extraterrestres – a Abraham y San José, son buenos ejemplos. Pero el episodio del profeta Ezequiel y su visión del Carro de Yahvé – Ezequiel 1:15 – 19 – es el más esclarecedor:
“Mire entonces a los seres: había una rueda en el suelo al lado de los seres por los cuatro costados. El aspecto de las ruedas y su estructura era como el destello del crisólito. Tenían los cuatro la misma forma y parecían dispuestas como si una rueda estuviese dentro de la otra. […] Su circunferencia era enorme, imponente, y la circunferencia de las cuatro estaba llena de destellos todo alrededor”. ¿Se trata acaso de una nave nodriza?
Fuente: Revista Algarabía Extra “Lo insólito y lo sobrenatural” Año 2 #3, p.35.
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