Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.
En América no se podía ser honrado, ni pensar, ni hablar. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado.
Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado.
Un hombre que se conforma con obedecer leyes injustas y permite que otros hombres maltraten al país en que nació, no es un hombre honrado.
Hay hombres que son peores que las bestias, porque las bestias necesitan ser libres para vivir dichosas. El elefante no quiere tener hijos cuando vive preso. La llama del Perú se echa en la tierra y se muere cuando el indio le habla con rudeza, o le pone más carga de la que puede soportar. El hombre debe ser, por lo menos, tan decoroso como el elefante y como la llama.
En América se vivía antes de la libertad como la llama que tiene mucha carga encima. Era necesario quitarse la carga o morir.
Fuente: SEP – Mi Libro de Segundo. Parte 2
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