La Producción.
La producción se basa en el trabajo humano dirigido hacia la atención de las necesidades económicas individuales y colectivas. Dependiendo del producto que se tenga en vista, el proceso productivo implicará el uso de determinadas formas de trabajo, capital y recursos naturales. Cada combinación de los factores de trabajo, capital y recursos naturales (de los que se constituye una unidad productora) es alimentada por el resto del sistema, que le suministra materias primas, combustible, energía, servicios de diverso carácter, etc. Debe notarse que, mientras que el empleo de factores no implica modificar sustancialmente su existencia, los bienes corrientemente adquiridos por las unidades productoras para alimentar su proceso productivo (llamados insumos) sufren sucesivas transformaciones, por las cuales llegan ulteriormente a convertirse en bienes de utilización final. En efecto, la producción constituye, a veces, una larga cadena compuesta de diversas fases en las cuales los bienes en proceso de elaboración incorporan, progresivamente, las características con que se deberán presentar al mercado, listos para su uso final.
La elaboración de insumos de todo orden, para ser transmitidos a otras empresas, se conoce por producción intermediaria. A lo largo del proceso de obtención de un bien final, se pagan rendimientos a los responsables de las diversas formas de trabajo absorbidas en las varias etapas, así como a los propietarios de los demás factores indispensables para la producción. Dentro de cada sector de la economía se deben efectuar compras de materias primas, productos semielaborados, etc., así como renumerar a los propietarios de los factores productivos que emplee; su producción se destina en parte a alimentar a los procesos productivos en el curso del sistema, y en parte a satisfacer la “demanda final” de bienes y servicios de consumo y capital. No sólo los diversos sectores de la economía se abastecen recíprocamente de insumos, sino que incluso en el seno mismo de cada sector ocurren cambios intermediarios. Hasta en el mismo interior de las empresas se puede dar el aprovechamiento de los insumos obtenidos.
El producto de una economía toma en cuenta solamente los bienes y servicios de utilización final producidos en el sistema, esto es, los de consumo y capital. El valor del producto de una economía puede ser medido deduciéndose del valor bruta de la producción el correspondiente a la adquisición de insumos. Así, vemos que el producto corresponde a aquello que efectivamente se adiciona en términos de valor, o sea, el valor agregado.
Por otro lado, este mismo valor equivale a la totalidad de los ingresos de que se apropian los responsables por los factores implicados en el proceso productivo (trabajo, capital y recursos naturales). El valor agregado, encarado bajo este ángulo, consiste en el ingreso de la comunidad en un período determinado. Así, ingreso y producto son conceptos que se identifican, a través de su origen común.
Valor Agregado (VA) = Ingreso (Y) = Producto (P)
Cada sector de actividades produce, en un período determinado. Un conjunto de bienes. Clasificándolos según su uso, vemos que parte de ellos la utiliza el propio sector o los demás (utilización intermediaria), siendo la fracción complementaria destinada al consumo final de la colectividad o empleada en la realización de inversiones. Para producir estos bienes, el sector en cuestión utiliza productos (bienes y servicios) provenientes de otros sectores, así como servicios proporcionados por los factores que emplea.
El destino de los flujos.
En el proceso productivo se generan, simultáneamente, el producto y el ingreso.
Una vez distribuido el ingreso bajo la forma de los salarios, sueldos, intereses, ganancias, etc., quedan definidos los recursos con que pueden contar las personas para satisfacer sus deseos y necesidades. Los individuos en posesión de tales ingresos se dirigen, pues, al mercado de bienes y servicios de consumo. En él encuentran una serie de productos que las unidades productoras ofrecen, a determinados precios. De acuerdo con sus posibilidades económicas, distadas por la confrontación entre sus ingresos y los precios vigentes, adquieren diferentes bienes y servicios. De acuerdo con el monto de recursos adquiridos, algunos consumidores pueden satisfacer sus deseos mediante compras de algunos tipos de bienes, hasta que, en ciertos casos, alcanzan niveles altamente refinados de consumo.
El gasto total de la colectividad con los artículos que directamente satisfacen los deseos y necesidades económicas, o sea, su demanda final de bienes y servicios de consumo, determinan el llamado consumo.
No todos los ingresos generados en el proceso productivo se destinan a la satisfacción de necesidades inmediatas. La porción de los ingresos no utilizados para la adquisición de bienes de consumo constituye, por definición, el monto de “ahorro” (S) del sistema económico en el período considerado. El ahorro puede dirigirse a la adquisición de títulos de propiedad y crédito, o como en el caso de las empresas, a la renovación constante de su infraestructura de producción.
De lo expuesto has aquí podemos extraer las siguientes relaciones fundamentales para la comprensión del funcionamiento de un sistema económico:
Ø El ingreso generado en un período dado puede utilizarse para consumo inmediato o preservarse para otras aplicaciones:
Y= C+S
Ø El producto satisface el consumo de la comunidad y alimenta la reposición o expansión de la reserva de capital:
P=C+I
La circulación en el sistema económico.
Las materias primas, artículos semiacabados, productos finales, etc., que recorren continuamente el sistema, constituyen una corriente de bienes a la cual cabe la denominación de flujo real. Como las transferencias de propiedad ocurridas en la circulación de bienes son acompañadas mediata o inmediatamente también por una contrapartida financiera, se verifica, desde luego, la existencia de una corriente nominal, que se desarrolla gráficamente en sentido inverso al del flujo real.
Además de las numerosas transacciones comerciales de compraventa de bienes y servicios, ocurren en la economía transacciones de otra naturaleza que podemos abarcar bajo la denominación de contratación de factores. Tales operaciones fijan las renumeraciones de las empresas a los hombres que emplean, así como a los propietarios del capital y de los recursos naturales que utilicen. La contratación es, entonces, el marco en el que se definen las corrientes de sueldos, intereses, rentas, etc., grandes renglones que componen el ingreso generado en una economía.
Si abarcáramos en un solo flujo los pagos de todo orden ligados a la utilización de factores, y si además agregáramos a la misma corriente los pagos de toda especia ocasionados por la compraventa de bienes y servicios, como resultado tendríamos en flujo nominal a través de sus constituyentes básicos: ingresos y gastos.
Conceptuados así los flujos, podemos situarlos en el sistema, de la manera siguiente:
Ø El flujo nominal es generado, en cada período, por los pagos a los propietarios de capital, recursos naturales y trabajo.
Ø Una vez que los propietarios de los factores perciben los ingresos, éstos se convierten en poder adquisitivos, dirigido al mercado en busca de bienes y servicios de consumo.
Ø Al ser adquiridos los bienes finales de consumo, vuelve el flujo nominal al seno del aparato productivo, cerrándose el ciclo.
En cuanto al “flujo real”, que nace en el seno del aparato productivo con el tránsito entre las empresas de materias primas, productos semiacabados, etc., termina por constituirse en el caudal de bienes y servicios que saliendo del aparato productivo, a través del mercado, llega al público consumidor.
La circulación vista globalmente presenta dos polos:
Ø Las empresas, que pueden ser integradas en una gigantesca unidad productora: el aparato productivo.
Ø Las unidades familiares, que responden por la propiedad de los factores y por el consumo de los bienes acabados.
Ambos polos presentan dos facetas. El aparato productivo, por un lado, es responsable de la producción y oferta de servicios y bienes de consumo; por otro, emplea los factores que demandan sus funciones de producción. Las unidades familiares adquieren productos acabados y contratan con los organizadores de la producción, el empleo de los factores trabajo, tierra y capital.
Condicionamiento de los mercados.
Las familias ejercen simultáneamente los papeles de consumidores y propietarios de los factores trabajo, tierra y capital. Sin embargo, como propietarios de factores (incluso del “factor” trabajo), los hombres logran los ingresos que les facultan a adquirir en el mercado los productos que les interesan. Por consiguiente, la capacidad efectiva de consumo esta basada en la posesión de factores.
De acuerdo a los ingresos obtenidos, la preparación y los recursos disponibles, el consumo por clases se puede establecer de la siguiente forma:
Ø El consumo de la clase de bajos ingresos se reduce a los productos de primera necesidad.
Ø Los individuos de ingresos medios, aunque consumidores de parte considerable de los artículos de primera necesidad, así como de artículos de lujo, se caracterizan, naturalmente, por el consumo de bienes de tipo medio.
Ø Los artículos de lujo encuentran su gran mercado en la clase de altos ingresos.
Hay que destacar un principio de validez universal: cuanto más elevado sea el nivel de ingreso medio de una nación o clase social, más diversificado será su consumo.
Mercados y Precios.
La demanda dirigida a los mercados se expresa a través de las cantidades monetarias entregadas a cambio de bienes y servicios. La relación que determina la cantidad de unidades monetarias que se debe entregar para la obtención de una unidad de determinado producto se denomina precio.
Fuente: Antonio Barros de Castro & Carlos Francisco Lessa – Introducción a la Economía. Un enfoque estructuralista.
Gracias por el contenido.
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