(Siglo XVI)
Nacieron a partir de la colección privada de esculturas, perteneciente al papa Julio II (1503 – 1513). Sin embargo, desde el pontificado de Clemente XIV (1769 – 1774) y de Pío VI (1775 – 1799), iniciaron los Museos Vaticanos y las Galerías Pontificias como tal. Después, durante diferentes pontificados, se agregaron los museos Etrusco, que acogió los objetos encontrados en las excavaciones realizadas en la Etruria meridional – antigua región histórica situada en el centro de Italia –; el Egipcio, en el que se unieron los objetos que ya reposaban en el Vaticano y en el recién inaugurado Museo Capitolino; y el Profano Lateranense, que conserva cientos de estatuas, mosaicos y bajorrelieves.
En el papado de Juan XXIII (1958 – 1963), las colecciones del Museo Gregoriano Profano, piezas arqueológicas halladas en Roma y sus alrededores; las del Pío Cristiano, obras representativas de la Antigüedad cristiana, y las del Lapidario Hebraico, 137 inscripciones provenientes de antiguos cementerios hebraicos de Roma, fueron trasladadas a un nuevo edificio construido exclusivamente para albergar sus tesoros. Sólo hasta 1970, estas colecciones fueron abiertas al público.
Fuente: Almanaque Mundial 2015, Editorial Televisa.
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