Fundamentos Básicos.
La escuela Neoclásica es considerada, como la primera que abordó de manera más completa elementos fundamentales para el análisis y comprensión de la manera en la que interactúan las variables económicas y su desempeño en el largo plazo. Para comprender el modelo económico formulado por los neoclásicos se enuncian sus principales consideraciones básicas o fundamentos:
· Todos los mercados, tanto de manera individual como conjunta, se guían por condiciones de competencia perfecta.
· Lo anterior implica que el precio de todos los bienes y servicios ofrecidos en una economía son flexibles, es decir, son capaces de ajustarse de manera automática ante cualquier variación en la oferta y la demanda, permitiendo recuperar el equilibrio.
La Economía vive en una situación permanente de pleno empleo, y sólo se mantienen sin fuente de trabajo aquellos individuos que no desean laborar (desempleo voluntario) o bien se encuentran en el tránsito entre un empleo de inferior nivel y otro que le brinda mejores condiciones (desempleo friccional). Esto significa que el mercado de trabajo, y sus curvas de oferta y demanda, se encuentran en constante equilibrio: la cantidad de plazas disponibles de empleo es igual al total de individuos dispuestos a trabajar.
· El nivel de producción queda determinado de manera automática por la función de producción y, al existir el pleno empleo, también se tiene garantizado que el total de los bienes y servicios ofrecidos en cada mercado se igualen a su demanda.
· En este sentido, la oferta es la que determina el nivel productivo y la propia demanda.
· Asimismo, la capacidad productiva está permanentemente ocupada, y cualquier situación de escasez o sobreproducción es pasajera, y se resuelve por medio de ajustes en los niveles de oferta y demanda.
Modelo Económico: Integración e Impacto de las Políticas Económicas.
Debido a que la Escuela Neoclásica establece que la capacidad productiva está permanentemente aprovechada y existe el pleno empleo, asume que las políticas monetaria y fiscal no pueden influir en el crecimiento económico, puesto que el nivel de producción queda determinado de manera independiente de los recursos monetarios y el gasto público que el Estado canalice al mercado. Por ello, los neoclásicos consideraban que la única variable sobre la cual podían incidir las políticas económicas, impulsadas por el sector público, era en el nivel de precios. Además, argumentaban que el Estado debía mantenerse alejado de la actividad económica, es decir, que no era necesaria ninguna regulación estatal, debido a que los mercados se autorregulaban.
De acuerdo con estas consideraciones, debido a que el nivel de producción estaba determinado por el pleno empleo y, por ello, se expresaba gráficamente como una línea recta, el modelo neoclásico consideraba que los incrementos en la oferta monetaria (política monetaria expansiva), en el gasto público (política fiscal expansiva) o en la reducción de impuestos recaudados por el Estado, no incidían en dicho nivel de producción (los neoclásicos establecen que la demanda no influye ni modifica la oferta). Cualquier incremento en la demanda, por tal motivo, no modificaría el nivel de oferta y, en cambio, sólo produciría un incremento en el nivel de precios.
La curva de la oferta se representa en el modelo neoclásico como una línea vertical cuyo nivel de producción es Q1 (es decir, no sufre modificaciones ni por el nivel de demanda ni por el nivel de precios), mientras que el incremento en la oferta monetaria y en el gasto público desplazan a la curva de demanda hacia la derecha (trasladándose de D1 a D2), provocando como único efecto la elevación de precios (De P1 a P2).
En el modelo neoclásico, las políticas económicas emprendidas por el sector público no influyen en el desempeño de las variables económicas: el aumento de la oferta monetaria y la expansión del gasto público no incidirían en el impulso a la capacidad productiva, ni la generación de empleo. Por tal circunstancia, si en una economía existe la misma cantidad de productos y servicios ofrecidos y el mismo número de consumidores demandantes, pero en cambio se dispone de mayores recursos monetarios (no sólo por el aumento de la oferta monetaria, sino por disminución de impuestos), el único efecto posible es el aumento de precios, pues una cantidad mayor de dinero disponible en el mercado busca obtener el mismo número de bienes y servicios. En contraparte, medidas tendentes a reducir la oferta monetaria sólo provocarían la reducción del nivel de precios. Por eso para la Escuela Neoclásica, la contracción del gasto público, el aumento de impuestos o la reducción de la oferta monetaria (por medio de incrementos en las tasas de interés y el encaje legal) sólo deberían ser aplicables para controlar las presiones inflacionarias.
Fuente: Vive la Economía 2 (Progreso Editorial).
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