Respuesta a Petrarca

¿Amor es el sentimiento imperante en estos tiempos?, pues como muchas cosas tanto sí como no sería su respuesta, ya que faltaría aclarar el sentido de esta palabra (con esto me refiero ya sea a otra persona, a la humanidad, a la biodiversidad, etc.). Particularmente enfocando esto a mi entorno podría decir que como todo buen humano he sido el mártir y el victimario cuando se trata acerca de lo que comúnmente se conoce como el amor de 2 personas del sexo opuesto, el amor, lo podría definir como el afecto y simpatía recíproca entre las 2 personas ya mencionadas, lo cual, todos, por más duros que del corazón se hagan, lo han sentido por lo menos una vez en la vida.

Es un batallar constante con este sentimiento, ya que muchas veces las cartas del destino nos juegan malas jugadas, y cuando yo (también similar con el caso de otros individuos) deseo estar con la “mujer de mis sueños”, pues la condenada no me pela, pero cuando una tipa quiere mi compañía y no me parece, pues no la pelo ya que no corresponde a mi sentir, y entonces se crea un conflicto entre varias personas por algo a lo mejor tan intrascendente, pero que sin embargo, a pesar de todo, nos mantiene vivos con la ilusión de estar con esa persona soñada. Y aunque es un sufrir (el grado de este depende mucho de la persona, varía mucho de mortal a mortal) constante que bien fácil cualquiera puede eliminar si se lo propone, pues es algo que se requiere y se aguanta mientras la ilusión siga vigente, y todo por la razón de que somos humanos y que por azares del destino así fuimos creados.

Y aunque parezca un juego tonto que no debería tener tantas vueltas y que por lo tanto deberíamos ir al grano, siempre estamos en el dime y diretes de que si le llego, que si no, en fin, a partir de lo que se llama el 1° flechazo, no se puede apartar de la mente a aquella tipa que impacto o me impacta, ya que aunque no se le debería dar tanta importancia, pues es una condición humana difícil de remediar y por lo tanto siempre nos altera el ánimo y nos pone vivos e intensos cada día, porque a pesar de todo, mientras se viva la ilusión de tener en las manos a aquella persona apreciada, cualquier sufrimiento por más masoquista que sea, vale la pena (mientras no se tengan otras cosas que hacer).

Dependiendo de la intensidad de este sentimiento, nos podemos sentir héroes o antihéroes, sabemos cuál es el camino pero el instinto humano hace de las suyas y el camino nos lo llenamos de baches, topes, desviaciones; nomás para darle más vuelta al asunto pero sin embargo lo vuelve más intenso e interesante el viaje de la vida.