Quetzalcóatl reinaba en Tula. Todo era dicha y abundancia, los víveres no se vendían por precio entonces.
Esa fama que eran tan grandes y gruesas las calabazas, que un hombre con los brazos abiertos apenas si podía abarcarlas…
También se producía el algodón de mil colores pintado: rojo, amarillo, rosado, morado, verde, verdeazulado, azul marino, verde claro, amarillo rojizo, moreno y matizado de diferentes colores y de color de león.
Todos estos colores eran naturales, así nacían de la tierra, nadie tenía que pintarlas. También se criaban allí aves de rico plumaje: color de turquesa, de verde reluciente, de amarillo, de pecho color de flama.
Y aves preciosas de todo linaje, las que cantan bellamente, las que en las montañas trinan. También las piedras preciosas y el oro eran vistos como si no tuvieran precio: tanto era lo que todos tenían. También se daba el cacao, el cacao más rico y fino, y por todas partes se alzaban las plantas de cacao. Todos los moradores de Tula eran ricos y felices, nunca sentían pobreza o pena, nada faltaba en sus casas, nunca había hambre entre ellos…
Fuente: SEP. Español. Quinto Grado. Lecturas (1972).
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