Durante la segunda mitad del siglo XIX, comenzó en América una nueva era de industrialización como resultado de la expansión de las industrias mecánicas y de la abolición de la esclavitud. La Guerra Civil (1861-1865) marca la fase de la economía norteamericana, que de una estructura principalmente agropecuaria, se lanza hacia un desarrollo industrial y financiero. La Guerra Civil significa la quiebra del sistema esclavista de la gran explotación agrícola del sur y el triunfo del sistema capitalista industrial, basado en trabajo asalariado.
El rigor del desarrollo industrial de Norteamérica, a partir de la guerra civil fue de tal impacto que, cinco años después de terminar la guerra, para 1870, se colocó en segundo lugar a nivel mundial, por el valor de su producción industrial.
Desde luego que no existía el capital como lo conocemos actualmente. La forma moderna del capital no vino a perfilarse sino hasta el año de 1862, cuando se introdujo la empresa de acciones comunes y responsabilidad limitada, que era una asociación de individuos con algunas características de la sociedad civil y de la sociedad anónima. Se parecía a la sociedad anónima, en que las acciones eran transferibles, su existencia no se veía afectada por la muerte de uno de los socios y su administración estaba bajo responsabilidad de directores electos. Sin embargo, lo mismo que en la sociedad civil, cada accionista era responsable de todas las deudas de la empresa y las relaciones entre sus miembros eran reguladas por la Ley General de Sociedades.
La introducción de compañías de acciones comunes en la economía, marcó la separación entre el capitalista y el empleado, además de la división entre el capital y la administración. Los propietarios eran accionistas y los empleados, en su mayoría, eran administradores asalariados.
El proceso de monopolización de la economía norteamericana siguió su curso en los años posteriores, fortalecido por una variedad de de factores como la guerra, la preparación militar, la expansión económica y militar en el exterior, el debilitamiento relativo de países rivales (Gran Bretaña, Alemania, Francia) y muy particularmente, la gran ayuda que los grupos monopolistas recibieron del gobierno norteamericano en diversidad de formas, tanto dentro de ese país como en sus operaciones a escala mundial.
A) Formas y prácticas monopolistas.
J. L. Ceceña dice que el proceso de centralización reviste una variedad de formas monopolistas que van desde los “acuerdos entre caballeros”, que son entendimientos no escritos entre grandes capitalistas, hasta la “fusión” de diversas compañías en una gran corporación, pasando por otras formas de organización, de mayor a menor grado de integración.
La Sociedad Anónima.
Se considera la célula del organismo económico del sistema capitalista. La sociedad anónima, o sociedad por acciones, tuvo su nacimiento en el año de 1602, en Ámsterdam, fecha en que se organizó la Compañía Holandesa de las Indias Orientales.
La sociedad anónima consiste en una organización cuyo capital está representado fundamentalmente por “acciones comunes”, o acciones al portador, con derecho a voto (uno por cada acción), y por “acciones preferentes”, que generalmente no tienen derecho a voto. El control de la empresa corresponde a quienes tienen más del 50 % de las acciones comunes, o sea, de los votos, aunque con frecuencia se puede controlar la empresa con un paquete de acciones menor del 50%, lo que acontece, cuando las demás acciones se encuentran muy diseminadas.
La sociedad anónima también puede emitir “bono”, o sea, títulos de deudas, cuando necesita obtener recursos financieros para modernizarse, o ampliar sus operaciones. Los tenedores de bonos se convierten en acreedores de la empresa, a diferencia de los poseedores de acciones, que no son acreedores de la empresa, sino copropietarios.
Asimismo es una forma de organización que domina el escenario de la economía capitalista, por las grandes ventajas que tiene, éstas la convirtieron en la célula del sistema capitalista. Actualmente, es la base de la organización empresarial en todos los ramos importantes de la Economía.
El trust.
Esta forma de organización monopolista, es tal vez la primera que surgió en el proceso de centralización económica de Norteamérica y llegó a simbolizar al monopolio, especialmente en su forma más inescrupulosa y rapaz. El trust fue ideado por el abogado C. T. Dodd al servicio de Rockefeller en la Stanford Oil, en 1879, con el propósito de usarlo como un medio para lograr el control del negocio petrolero.
Los accionistas de la Standard Oil y las empresas afiliadas, Convinieron canjear sus acciones por certificados trust de la Standard Oil Trust, resultando de ello, que esos accionistas cedían el control de sus empresas al trust, manejado por un consejo de fiduciarios formado primero por tres personas y luego por nueve (de los cuales J.D Rockefeller era la figura central), a cambio obtenían el derecho a disfrutar de las utilidades del conjunto de las empresas incluidas en el trust.
Aunque el trust se extendía a otros negocios, su vigencia fue muy corta ya que fue declarado ilegal.
La holding company.
El estado de Nueva Jersey, deseando fomentar la organización de negocios y lograr con ello captación fiscal y de otro orden, aprobó una ley donde permitía que una empresa poseyera o mantuviera acciones de otras compañías. Se creó así, la base legal para la formación de la holding company o compañía tenedora de acciones.
La holding es en esencia, una empresa cuyo negocio consiste en adquirir acciones de compañías de operación, en algunas o varias líneas industriales o de otro tipo, con el fin de controlarlas desde un solo puesto de mando, imprimiéndoles una política que convenga a los intereses de quienes dominan la holding company. Es por tanto, la única forma de organización claramente monopolista.
La holding permite, además del control de una amplia variedad de empresas de operación, obtener mayores rendimientos por cada dólar invertido, no solamente por las ventajas que reporta el monopolio que él logra (para los que la controlan), sino porque con frecuencia, se requiere una inversión relativamente reducida para controlar muchas empresas mediante la compra de paquetes de acciones comunes que permitan dominarlas. Esta última ventaja se amplía con la formación de una holding company de segundo grado, o sea, una empresa que controle a varias holding companies a la vez. De esto resulta una extensa pirámide de control, que reporta útiles beneficios a quienes controlan la holding company que formula la cúspide de la pirámide.
La fusión.
Una de las formas utilizadas en Norteamérica para monopolizar la economía por los grandes capitalistas, es la fusión en una sola empresa de dos o más compañías. Las empresas fusionadas pierden su individualidad e independencias pasando a formar parte de la nueva gran empresa como simples divisiones e incluso, perdiendo totalmente su identificación anterior. En todo el proceso de monopolización de la economía norteamericana, la fusión ha jugado un papel destacado desde la terminación de la guerra civil hasta nuestros días, en todas las ramas de la actividad económica.
El cártel.
Aunque en Norteamérica no ha tenido una gran utilización como en Alemania, ha sido una forma de organización monopolista de alguna importancia, especialmente para las operaciones en el exterior.
El cártel es un convenio escrito, firmado por empresas de un ramo determinado, mediante el cual se comprometen a adoptar una serie de medidas comunes en relación a uno o varios aspectos importantes de su negocio, con vistas a asegurar el control del ramo, a la defensa común de sus intereses. Las empresas signatarias del cártel, siguen manteniendo su independencia, y sólo tienen que operar de acuerdo con las estipulaciones a que se han comprometido.
El cártel puede referirse a alguno de los problemas siguientes:
1. Fijación de cuotas de producción.
2. División del mercado.
3. Fijación de precios.
4. Uso común de patentes.
B) Pirámides Financieras.
Por encima de la concentración que prevalece en cada rama financiera o industrial, existe una mucho mayor, presentada por “grupos financieros” poderosos, que controlan simultáneamente varias de las más importantes empresas de cada giro. Si la magnitud de las grandes empresas de una rama les permite tener una gran influencia en el mercado de sus productos o servicios, esta influencia se convierte en monopólica, cuando varias empresas están bajo el control de un solo grupo financiero y cuando hay ligas entre los distintos “grupos”.
Los grupos financieros que denominan varias de las grandes empresas en diversas actividades económicas de Norteamérica, constituyen el factor más relevante del monopolio de este país y del capitalista monopolista moderno.
Los grupos financieros están formados por concentraciones, bajo un mismo mando, de gran número de grandes y medianas empresas del ramo bancario de seguros, de inversión, la industria, el comercio, el transporte; etc. Estas grandes concentraciones son resultado del proceso de centralización económica, que tiene lugar en el capitalismo en su etapa monopolista.
Estos grupos tienen como núcleo central instituciones financieras, especialmente los más grandes bancos de depósito, en liga con compañías de seguros y sociedades de inversión.
Fuente: Introducción a la Administración con Enfoque.
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