Los Caballeros del Zodiaco. Saga de Hades. La visita al Infierno

Seiya y Shun se encuentran y se topan con la entrada del Infierno que dice “El que entre aquí que abandone toda esperanza”, pero ellos la mantuvieron, cruzaron el Río Aqueronte, donde después de tener problemas con Caronte, llegan al Tribunal de Justicia, la 1° prisión, donde después de ser juzgados se encuentran con Kanón, el cual sigue su camino con Shyriu y Hyoga. Pegaso y Andrómeda se encaminan a la 2 ° prisión, donde conocen a Orfeo de Lira (quien se les une al descubrir que el encargado de este Infierno fue quien lo mantuvo recluso al petrificar a su amada Eurídice) y vencen a Pharaoh de Esfinge. Llegan a Giudecca, en dónde se descubre que Shun sería la encarnación humana actual del Señor Hades.

Hyoga y Shryriu siguen su camino, llegan a la 5° prisión y se encuentran con los 3 jueces del Infierno: Radamanthys de Wyvern, Minos de Grifo y Aiacos de Garuda. Ikki y Kanón les hacen el paro, y el 1° es llevado al Salón de Hades por voluntad de Shun y la lanza de Pandora. En Cocytos, Seiya engaña a su guardián y logra salir de su “prisión”. Atena se encuentra con Hades, quien es sacado del cuerpo de Shun, pero él se lleva a Atena a los Campos Elíseos. Los Caballeros de Bronce llegan a Giudecca, donde Shaka trata de cruzar “El Muro de los Lamentos”, y por sugerencia de Dohko, se dan cuenta que la única forma de abrirlo es con la Luz del Sol, la cual está en esencia en las armaduras doradas. Libra, Aries, Escorpión, Leo y Virgo expanden su cosmos sin ningún efecto, por lo que llegan las seis armaduras que faltaban, y como sólo faltaba la de Géminis, Kanón decide dejarla ir y pelea con Radamanthys, muriendo con él.

Con esto surge la escena más conmovedor y triste de los Caballeros del Zodiaco, ya que estando todos los Caballeros Dorados reunidos en el Muro de los Lamentos (revivieron para esta ocasión los Guerreros de Armadura Dorada previamente muertos a lo largo de esta serie), sacrifican su vida poniendo todo su cosmos en la flecha de Aioros para que esta produzca la luz del sol, brindándole oportunidad a los Caballeros de Bronce para que crucen el muro y salven a Atena.

Seiya logra entrar en la dimensión que lleva a los Campos Elíseos, y cae en el campo donde sólo llegan los elegidos por los Dioses. Él se encuentra con las ninfas y les pregunta por Shun, pero ellas corren asustadas avisando al Dios Thanatos de lo ocurrido.

Thanatos busca a Seiya y le dice que tiene suerte de haber llegado a ese lugar, pero Seiya se resiste a creer lo que le dice y comienza a batallar con el Dios de la Muerte, pero aparece su hermano gemelo Hypnos, Dios del Sueño, diciéndole que Thanatos no puede manchar con sangre los Campos Elíseos porque sería una falta de respeto al señor Hades, pero luego accede a que él acabe con Pegaso y lo comienza a maltratar, y Seiya responde con sus meteoros, pero no puede hacerle frente a Thanatos. Cuando el Dios de la Muerte le iba a dar el golpe de gracia aparece Shun tratando de defender a Seiya, pero también cae con el poder de Thanatos. Se juntan los cinco al llegar Hyoga, Shyriu e Ikki (el último, al no tener la sangre de Atena en su armadura, pudo llegar ahí por el rosario de Pandora, que le encargó la misión de vengar su muerte a manos indirectas de Thanatos).

Comienza la batalla, pero los caballeros de bronce pierden sus armaduras por los constantes ataques de Thanatos mostrando su supremacía como Dios. Ellos ya a punto de morir, reciben la ayuda de las armaduras doradas de Sagitario, Acuario, Libra, Leo y Virgo (que había mandado “sorpresivamente” Poseidón), pero vuelven a destruirse por el ataque de Thanatos. Seiya ya perdiendo las esperanzas, se entera de que en la Tierra esta su hermana Seika que estaba perdida (y que no era Marin) la cual se encuentra con las Caballeros Femeninas de Ofiuco y Águila sufriendo de amnesia.

Pegaso es instado por Atena a no rendirse y concentra sus energía vital para obtener la armadura divina, las únicas que pertenecían a los doces guardianes de Zeus y que obtuvo por la sangre de Atena en su armadura de Pegaso, razón por la que Seiya logra vencer a Thanatos y trata de escapar de Hypnos, pero no lo consigue así que intervienen Hyoga, Shryriu y Shun (ya con sus armaduras divinas) para hacer que él avance hacia la vasija grande donde esta Saori, y de paso aniquilar a Hades.

Cuando Ikki llega con Seiya, Fénix trata de atacar a Hades, pero no poesía armadura divina ya que su indumentaria no tenía la sangre de Atena, pero debajo de la vasija  había sangre y él la cogió y surgió su armadura divina. Los dos atacaron la tumba del verdadero cuerpo de Hades que conservaba desde la era mitológica y apareció el verdadero Hades que quería matar a Atena con el eclipse ya completo.

Comienzan Fénix y Pegaso a atacar al Dios del Inframundo, pero son derrotados muy fácilmente, pero Seiya logra herir a Hades por primera vez mientras llegan Hyoga, Shyriu y Shun a pelear y juntan sus fuerzas para atacar a Hades, pero son encerrados en burbujas por Atena para que los lleve a la Tierra y Seiya le tira su armadura a Atena, quien la viste para matar a Hades, pero Saori es derribada y estaba a punto de morir, por lo que Pegaso rompe la burbuja y le tira sus meteoros al Dios que cae por 1° vez también, sin embargo, le incrusta su espada a Seiya que queda inconsciente. Hades iba a matar a Atena, pero ella junta sus fuerzas con los Caballeros de Bronce conscientes y le incrustan su báculo a Hades, volviendo a la Tierra y salvando a todos del Gran Eclipse. Dados estos recuentos, ¿Qué podemos concluir?

La conclusión es que sin lugar a dudas, la Saga del Santuario es el punto máximo de esta serie, ya que Aasgard y Poseidón, a pesar del plus de contar historias de la mitología nórdica e hindú, sus villanos principales, sus guerreros, sus peleas y sus tramas son muy simplonas, y se limitan a sólo contemplarse como una amenaza nueva surgida casi de la nada (la ambición de Kanón de controlar a Poseidón no cuenta del todo, ya que es el mismo pensamiento de su hermano Saga, pero revolcado), a la cual tienen que confrontar, pelean, obtienen o destruyen cierta cantidad de elementos, y al final, al líder (Hilda o Poseidón) lo vencen (no sin antes tener unos “percances”) y rescatan a Atena, por más dinámicas y disfrutables que sean estos episodios en cuanto a la historia, no hay mucho que rescatar, solo cumplen con el objetivo de entretener y ya. De ahí que no ahondé mucho en sus recapitulaciones (muy al contrario de la etapa del Santuario y con sagas de otras series).

Con el enemigo de la última parte de este manga y anime (la cual tardaron en volverla caricatura unos 13 años, supongo que por “diferencias creativas” de la Toei con Masami Kurumada, el autor de la obra), Hades, la historia no es del Otro Mundo, pero ya se aleja de la fórmula de la acción por la simple acción y adquiere mayor profundidad, la historia es buena y se mantiene el interés a pesar de las diferencias observables en la producción del anime en las partes de los capítulos correspondientes al Santuario, al Infierno y a los Campos Elíseos; donde a pesar de las variaciones de la calidad de imagen y el doblaje de las voces (Que en la versión latinoamericana hubo bastantes cambios en el transcurso). La rivalidad Atena – Hades es muy bien manejada, que incluso dio lugar a un productos derivado denominado Lost Canvas (Del cual hablaré en otra ocasión muy pronto), por lo que la saga de Hades vuelve a colocar a los Caballeros del Zodiaco en los estándares de una serie de leyenda.

Los juegos de traiciones, desconfianzas, apariencias y revelaciones se dan por doquier, y eso entusiasma ya que no hace el resto de la obra tan predecible (como paso en los casos de Aasgard y Poseidón), lo que agregándole las escenas de combate que ya no fueron tan repetitivas (como en el caso de los primeros capítulos, seamos honestos, no por criticar se deja de ser fan), sin duda mantiene el interés y el dinamismo por esta sensacional historia, que a pesar de sus problemas de producción volvió a mantener y a incrementar el número de fans de esta serie.

Los jueces del Infierno, las muertes de Shaka y Atena, el rejuvenecimiento de Dohko de Libra, Pandora, la sorpresa de que Shun era el cuerpo escogido por Hades para esa época, las armaduras divinas, la armadura de Atena, entre otros elementos, suman mucho a la historia y son bien llevados en el transcurso de la historia, a tal grado que se mantienen en el inconsciente colectivo de muchos fanáticos (y no tan fanáticos) de la serie.

La “muerte” de los Caballeros Dorados (sólo menos de la mitad realmente estaban vivos, los demás fueron espíritus o “resucitados forzados”) es sin lugar a dudas el momento más triste y épico de la serie (superando la batalla de Seiya vs. Shyriu y el gesto de caballeros del primero al salvarle la vida, o los triunfos sobre Saga, Hilda y Poseidón), ya que se sacrificaron juntos por un objetivo común, que era abrirles paso a los Caballeros de Bronce al Muro de los Lamentos (que guiaba a los Campos Elíseos), ya que de alguna u otra forma, estos legendarios guerreros se habían hecho de una fanaticada. Particularmente me “dolió” las partidas de Dohko y Shaka, ya que a mi parecer, tanto por la historia de cada uno como por su poder, no merecían morir, pero bueno, el autor así lo decidió (Ya sé que cada Caballero Dorado era chingón a su manera, pero no por nada Libra y Virgo pudieron desarrollar el 8° sentido).

La saga de Hades supo rectificar el camino, consolidando a Saint Seiya como uno de los mejores manga – animes de todos los tiempos.

El principio de esta saga podrán recordarlo en este link:
http://divinortv.blogspot.mx/2014/07/caballeros-del-zodiaco-saga-de-hades.html


¿Quieres leer lo acontecido en el spin-off de Lost Canvas? dale clic aquí:
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