Sembraban de manera muy rudimentaria.
Hacían en la tierra, con la coa, un hoyo donde depositaban la semilla.
Luego, para mejorar el resultado de sus siembras, idearon las chinampas, parcelas flotantes en los lagos.
Se alimentaban también con carne de guajolote, de venado, de pato y de otros muchos animales.
Entre las bebidas conocieron el pulque y el chocolate.
Al convertirse en pueblo guerrero fueron abandonando, de manera progresiva, la agricultura y vivieron, principalmente, del tributo que les pagaban los pueblos a quienes habían vencido.
Sus casas, por lo general, eran de madera y lodo, con techos de zacate. Los nobles moraban en casas de mampostería, con azoteas.
En la vida social, los aztecas daban gran importancia a la familia.
Cuando nacía un niño le ponían en la mano una
flecha, si era varón, para que fuese valiente en la guerra; o el instrumento
que se usaba para hilar, si era mujercita. Estos actos los celebraban en medio
de grandes ceremonias.
La indumentaria para los hombres se componía del ceñidor, la tilma (manta rectangular que se anudaba sobre un hombro) y las sandalias.
Las mujeres usaban la camisa, la falda y las sandalias.
Los nobles se adornaban el cuerpo con tatuajes, pinturas y joyas de oro y plata.
Los guerreros, además, llevaban penachos de pluma, que variaban según el grado que se tuviera en el ejército.
Fuente:
Generación 1960. Mi libro Historia y Civismo. Tercer Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 54 – 55.
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Grado. Mi libro Historia y Civismo.
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