Estos 18 libros, los últimos del Antiguo Testamento, se atribuyen a los profetas; esto es, a hombres inspirados por Dios para hablar en su nombre y transmitir sus enseñanzas. Para dividirlos existen varios criterios; los más usuales: por tiempo (primeros y últimos profetas) y por extensión del libro (profetas mayores y profetas menores).
Los libros de los profetas mayores son: Isaías, Jeremías, Baruc, Lamentaciones (cuyo nombre procede de El Libro de los Setenta, donde se denominan Zrénoi, que son cantos fúnebres y, justamente, lamentaciones), Ezequiel y Daniel.
Los profetas menores son doce en total: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías; de entre estos últimos, destaca el relato del libro de Jonás, quien es tragado por un gran pez después de un naufragio, mientras intenta escapar de su tarea profética.
Fuente:
Revista Algarabía No. 88 Enero 2012, p. 57.
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